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Campeón de Wimbledon 2025: Jannik Sinner
13 de julio del 2025
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Choque de titanes en la Catedral: Sinner y Alcaraz frente a frente por el trono de Wimbledon
La final masculina de Wimbledon 2025 prometía ser mucho más que un partido por el título. Era un duelo de generaciones que no se encuentran, sino que conviven en lo más alto del tenis actual. Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, los dos nombres que dominan el presente del circuito, se enfrentaban en una definición que ya tenía sabor a clásico. El césped del All England Club volvía a ser escenario de una batalla que, más allá del trofeo, ponía en juego orgullo, revancha y consolidación.
Dos trayectorias que convergen en la cima
Carlos Alcaraz llegaba con el cartel de favorito. No solo por ser el campeón defensor de las dos últimas ediciones del torneo, sino por la impresionante racha que arrastraba. 24 victorias consecutivas, con títulos en Roma, Roland Garros y Queen’s. Su evolución como jugador completo )capaz de dominar en cualquier superficie) lo había convertido en el nuevo referente del tenis moderno. El murciano aterrizaba en Londres con la ambición de sumar su cuarto Grand Slam y unirse al selecto grupo de leyendas que conquistaron Wimbledon tres veces consecutivas.
Del otro lado, un Jannik Sinner en su mejor momento. El italiano había comenzado la temporada con un paso firme, asentado como número uno del mundo y decidido a añadir la corona de hierba a su colección de logros. Para llegar a la final, Sinner había demostrado un nivel altísimo, culminando con una victoria de alto impacto en semifinales ante Novak Djokovic, el más laureado sobre esta superficie en los últimos años. Esa victoria no solo significó un impulso emocional, sino también una muestra de su madurez competitiva y también con un poco de suerte para él pero para desgracia de Dimitrov, tuvo que abandonar trae irle ganando dos sets al italiano.
Un escenario cargado de historia
La final no era un simple partido más en el calendario. El All England Club, con su mezcla de tradición y exigencia técnica, representaba el gran reto para ambos. Para Sinner, era su primera presencia en una final en la Catedral del tenis. Para Alcaraz, una nueva oportunidad de reforzar su estatus como heredero de los grandes campeones del pasado.
Además, el contexto elevaba la tensión del duelo ya que apenas semanas atrás, Alcaraz había vencido a Sinner en la final de Roland Garros, en un encuentro que dejó heridas abiertas y cuentas pendientes. La revancha, ahora sobre hierba, añadía un condimento emocional que alimentaba el morbo tenístico.
Datos previos al partido:
🏟 Torneo: Wimbledon
🔢 Jannik Sinner (n⁰1) vs. Carlos Alcaraz (n⁰2)
🟩 Superficie: Hierba
📊 Head to head: Sinner 4 – Alcaraz 8
Primer set:
El encuentro arrancó con un clima de máxima concentración por parte de ambos jugadores. Desde el primer peloteo se notó que no había margen para errores. Sinner fue el primero en mostrar intenciones ofensivas, logrando un break tempranero que lo puso al frente. El italiano se mostraba firme al saque y decidido en el resto, mientras que Alcaraz buscaba ajustar su juego y encontrar ritmo en la superficie.
Sin embargo, lo que parecía una ventaja sólida para Sinner se desvaneció cuando el español subió la intensidad. En el tramo medio del set, Alcaraz empezó a encontrar mejores ángulos, combinando su revés cortado con aceleraciones fulminantes de derecha. Ese cambio de ritmo le permitió recuperar la rotura y, poco después, adueñarse del control emocional del set.
Con la confianza en aumento, el murciano presionó nuevamente en el 5-4 y logró un segundo break que le dio el set. Fue una remontada basada en su capacidad para improvisar y adaptarse en tiempo real, ante un rival que había empezado mejor.
Segundo set
Lejos de sentirse superado, Sinner comenzó el segundo parcial con una meta clara, el reducir los intercambios largos y atacar con mayor profundidad desde el primer golpe. Esa estrategia le dio frutos rápidamente, rompiendo el saque de Alcaraz en los primeros compases del set.
A diferencia del primer set, esta vez el italiano supo administrar su ventaja. Mantuvo una altísima eficacia con su primer servicio y logró evitar que Alcaraz encontrara ritmo desde la l resto. En los peloteos desde el fondo, Sinner empezó a imponer su tempo y dió menos margen para los golpes mágicos del español, más control y solidez.
Carlos tuvo una oportunidad de recuperar el break a mitad de set pero no pudo concretarla. La precisión del número uno del mundo en los puntos importantes marcó la diferencia. Con calma y determinación, Jannik cerró el set con autoridad, igualando el partido y dejando claro que la final iba a ser una batalla larga.
Tercer set:
La tensión crecía y el tercer set lo reflejaba con claridad. Ambos jugadores mantenían su servicio sin conceder apenas oportunidades. Alcaraz intentaba variar sus ataques, subiendo con mayor frecuencia a la red, mientras que Sinner se aferraba a su precisión desde la línea de fondo y al juego directo, sin adornos.
El desenlace llegó en el momento más inoportuno para Alcaraz. En el noveno juego, cuando el marcador estaba igualado, cometió un par de errores no forzados que abrieron la puerta a un break decisivo. Sinner, con su habitual frialdad, capitalizó la oportunidad y se colocó 5-4 con saque a favor.
El italiano no dudó al momento de cerrar el set. Con un par de primeros servicios ganadores y una derecha cruzada letal, se adjudicó la tercera manga y dio un paso fundamental hacia el título.
Cuarto set:
El cuarto y último set empezó con señales preocupantes para Alcaraz. El español, visiblemente afectado por el desgaste mental, comenzó a cometer errores poco habituales en él. En cambio, Sinner mantenía su ritmo inquebrantable, como si nada pudiera sacarlo de su objetivo.
Un break temprano por parte del italiano inclinó el desarrollo del set. Sinner tomó ventaja y, lejos de conformarse, siguió presionando, obligando a Alcaraz a jugar al límite en cada punto. El español intentó reaccionar, apostando por una mayor agresividad con su servicio, pero no logró encontrar fisuras en el muro que tenía enfrente.
Con el marcador 5-4 a su favor, Sinner sacó para ganar el torneo. Lejos de mostrar nervios, jugó ese último juego con la misma convicción que lo había acompañado durante todo el partido. Tras un último intercambio, selló la victoria con una derecha ganadora, levantando los brazos hacia el cielo londinense.
Tras el partido Sinner comentaba:
«Es muy emotivo, porque sufrí una derrota muy dura en París. Al final, no importa cómo ganes o pierdas en los torneos importantes, tienes que entender lo que has hecho mal y trabajar en ello. Intenté aceptar la derrota y seguir trabajando. Es una de las razones por las que estoy sujetando este trofeo. Me siento agradecido por las personas que tengo a mi alrededor, este trofeo significa mucho».
«Carlos, de nuevo, has hecho un torneo increíble, pero te doy las gracias por el jugador que eres. Es complicado jugar ante ti, pero tenemos una gran relación dentro y fuera de pista. Intentamos mantener eso y hacemos lo posible con los mejores equipos del mundo. Sigue luchando, vas a levantar este trofeo muchas veces. Ya tienes dos [títulos]».
«Es muy especial. Ver aquí a mis padres, a mi hermano, a todo el equipo,… es increíble. Debo darle las gracias a mi hermano, no hay carrera de Fórmula 1 este fin de semana, por eso ha venido».
Trayectoria:
- Final a Alcaraz: 4-6, 6-4, 6-4, 6-4
- Semifinal a Djokovic: 6-3, 6-3, 6-4
- Cuartos a Shelton: 7-6 (2), 6-4, 6-4
- Octavos a Dimitrov: 3-6, 5-7, 2-2 ret.
- 3ª Ronda a Martinez: 6-1, 6-3, 6-1
- 2ª Ronda a Vukic: 6-1, 6-1, 6-3
- 1ª Ronda a Nardi: 6-4, 6-3, 6-0
Sinner se convierte en el primer jugador italiano, hombre o mujer, en proclamarse campeon de Wimbledon.
Este es el 20⁰ título en la carrera profesional del italiano tras los conseguidos en Sofia (2020, 2021), Melbourne I 2021, Washington 2021, Amberes 2021, Umag 2022, Montpellier 2023, Toronto 2023, Pekín 2023, Viena 2023, Australian Open (2024, 2025), Rotterdam 2024, Miami 2024, Halle 2024, Cincinnati 2024, US Open 2024, Shanghai 2024 y ATP Finals 2024.
Sinner se embolsa 3,5 Millones de euros y gana 2000 puntos ATP que le permiten afianzarse en el puesto n⁰1 del Ranking Mundial.
© Mundotenisbyluis

Campeona de Wimbledon 2025: Iga Swiatek
12 de julio del 2025
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Iga Swiatek arrasa a Anisimova en la final de Wimbledon.
La final femenina de Wimbledon ofrecía una escenario particular. Por un lado, Iga Swiatek, actual número cuatro del mundo y múltiple campeona de Grand Slams, llegaba a la hierba del All England Club con la mirada puesta en el único “major” que le faltaba conquistar. Por el otro, Amanda Anisimova, una tenista estadounidense talentosa, aún en busca de consolidarse entre las grandes, hacía su debut en una final de Grand Slam, cargada de ilusión y con poco que perder.
Un título que Swiatek ansiaba
Aunque la polaca ya había demostrado su capacidad en las pistas rápidas y era dueña absoluta de la tierra batida, la hierba siempre fue su cuenta pendiente. Wimbledon representa no sólo tradición, sino también una exigencia táctica y técnica distinta a lo habitual como velocidad, adaptabilidad y agresividad. A lo largo del torneo, Swiatek dejó atrás las dudas que había mostrado en ediciones anteriores y evolucionó visiblemente en este tipo de superficie. Cada victoria reforzó la sensación de que estaba lista para la final.
Anisimova, la sorpresa del torneo
Con tan solo 23 años, Amanda Anisimova venía protagonizando un camino más silencioso pero no menos meritorio. Supo aprovechar sus oportunidades, exhibiendo un tenis firme y potente que la llevó a dejar atrás a rivales de importantes. Sin presión y con un juego directo, fue superando cada ronda hasta meterse, por primera vez, en la final de un Grand Slam. Su presencia en esta final añadía un factor de incertidumbre: ¿sería capaz de mantener el tipo ante una Swiatek en plenitud?
Un primer duelo entre dos estilos
El enfrentamiento prometía también ya que nunca antes Swiatek y Anisimova se habían cruzado en el circuito profesional. Se trataba, por tanto, de un capítulo nuevo, sin antecedentes previos ni referencias directas. La polaca llegaba como favorita indiscutible, no solo por su ranking, sino por el nivel mostrado durante las dos semanas. Sin embargo, en una final, y sobre hierba, las sorpresas no son imposibles.
Swiatek tenía la presión de cerrar el círculo de los cuatro Grand Slams y Anisimova, la libertad de jugar sin nada que perder, más allá de ganar su primer Grand Slam. El escenario estaba listo para definir si la lógica se impondría o si Wimbledon volvería a ser tierra de sorpresas. La historia tenía una campeona por conocer.
Datos previos al partido:
🏟 Torneo: Wimbledon
🔢 Iga Swiatek (n⁰4) vs. Amanda Anisimova (n⁰12)
🟩 Superficie: Hierba
📊 Head to head: Swiatek 0 – Anisimova 0
Primer set:
La final comenzó con un ritmo intens por parte de Swiatek, quien rápidamente dejó claro que había llegado a la central de Wimbledon no solo para competir, sino para imponer su ley. Desde el primer punto, su saque funcionó a la perfección y sus restos fueron aún más dañinos. Anisimova, en cambio, mostró desde el inicio señales de incomodidad. Parecía sobrepasada por la presión del escenario y la velocidad de ejecución de su rival.
Los juegos iniciales se fueron rápidamente al lado de la polaca. No solo rompió el saque de la estadounidense en sus dos primeras oportunidades, sino que también consolidó con autoridad, sin ceder puntos ni mostrar fisuras. En poco tiempo, el marcador ya reflejaba un contundente 4-0. Cada intercambio parecía favorecer a Swiatek, que no daba tiempo a su rival para tomar aire o entrar en ritmo.
Mientras Anisimova buscaba soluciones que no llegaban, su lenguaje corporal empezaba a mostrar señales de frustración. Sus golpes, especialmente con la derecha, carecían de profundidad y dirección, facilitando la tarea de su rival. El set terminó tal y como había comenzado, con Swiatek dictando, empujando y resolviendo. Un 6-0 implacable, en apenas media hora de juego, reflejaba lo que estaba sucediendo en la pista.
Segundo set:
Tras un primer set abrumador, la pregunta era si Anisimova podría recomponerse emocional y tenísticamente. Pero la respuesta llegó demasiado rápido. Swiatek, lejos de relajarse, mantuvo su intensidad desde el primer punto del segundo set, como si el marcador aún estuviera en cero. No permitió que el ritmo bajara y siguió atacando con precisión y determinación.
El break temprano fue un golpe más para la estadounidense, que parecía luchar no solo contra una rival en su máximo nivel, sino también contra su propia ansiedad. Aunque intentó variar con algunas subidas a la red y cambios de altura, nada fue suficiente para alterar el patrón del juego. Swiatek siguió encontrando ángulos, castigando desde la línea de fondo de pista y ganando cada juego con autoridad.
A medida que pasaban los minutos, la superioridad de la polaca se hacía más evidente. Su control del ritmo era absoluto y su lenguaje corporal transmitía seguridad, concentración y hambre de victoria. Anisimova, en cambio, continuaba acumulando errores no forzados, sin poder construir puntos que la mantuvieran en el partido.
El segundo 6-0 se consumó casi con la misma velocidad que el primero. En total, Swiatek solo perdió 24 puntos en toda la final. Pero más allá de las cifras, lo que impactó fue la forma en la que lo hizo. Una ejecución técnica y táctica impecable, que selló su primer título en Wimbledon de forma histórica.
Tras el partido Swiatek comentaba:
“Ni siquiera soñaba con esto, para mí estaba demasiado lejos. Siento que ya soy una jugadora experimentada tras haber ganado antes los Slams, pero nunca esperé esto”.
Trayectoria:
- Final a Anisimova: 6-0, 6-0
- Semifinal a Bencic: 6-2, 6-0
- Cuartos a Samsonova: 6-2, 7-5
- Octavos a Tauson: 6-4, 6-1
- 3ª Ronda a Collins: 6-2, 6-3
- 2ª Ronda a McNally: 5-7, 6-2, 6-1
- 1ª Ronda a Kudermetova: 7-5, 6-1
Este marcador de 6-0, 6-0 solo se había producido antes en 1911, hace 114 años cuando Dorothea Lambert Chambert se impuso a Dora Boothby con este marcador.
Swiatek se convierte en la primera jugadora polaca, hombre o mujer, en proclamarse campeona de Wimbledon. Sin haber ganado nunca un título sobre hierba, ha conquistado el mayor premio del deporte con su victoria número 100 en un partido de Grand Slam.
Consigue así ganar la sexta final de un Grand Slam en seis intentos, esto no lo había conseguido ninguna mujer desde Monica Seles en 1992.
Los únicos tenistas en conseguir seis victorias o más en la era Open son:
Margaret Court (8-0)
Roger Federer (7-0)
Monica Seles (6-0)
IGA SWIATEK (6-0)
También con está victoria consigue ganar los cuatro Grand Slams (Australian Open, Roland Garros Wimbledon y US Open) y es la única jugadora en activo en conseguirlo.
Este es el título n⁰23 en la carrera profesional de la jugadora polaca, tras los conseguidos en Roland Garros (2020, 2022, 2023, 2024), Adelaida 2021, Roma (2021, 2022, 2024), Doha (2022, 2023, 2024), Indian Wells (2022, 2024), Miami 2022, Stuttgart (2022, 2023), US Open 2022, San Diego 2022, Varsovia 2023, Pekín 2023, WTA Finals 2023 y Madrid 2024.
Swiatek se embolsa 3.1 Millones de Euros y gana 2000 puntos WTA que le permiten ascender al puesto n⁰3 del Ranking Mundial.
© Mundotenisbyluis

Campeones de Wimbledon dobles masculinos 2025: Julian Cash y Lloyd Glasspool
12 de julio del 2025
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Wimbledon, sábado de finales. Mientras la atención general se preparaba para la gran final femenina, el cuadro de dobles masculinos también llegaba a su clímax, con un enfrentamiento que prometía emociones y tensión en la emblemática pista central del All England Club. En escena, dos parejas con caminos muy distintos, pero con el mismo objetivo: levantar el trofeo más prestigioso del tenis sobre hierba.
Por un lado, los británicos Julian Cash y Lloyd Glasspool, que venían de ganar los torneos de Eastbourne y Queen’s (14 partidos consecutivos ganados). Impulsados por el respaldo del público local y con un torneo sólido que incluyó victorias resonantes, como la obtenida ante los especialistas Marcel Granollers y Horacio Zeballos. En su primer gran momento como dupla en el césped londinense, llegaban a la final con confianza, cohesión y el hambre de hacer historia frente a su gente.
En la otra esquina, el australiano Rinky Hijikata y el neerlandés David Pel se presentaban como una pareja internacional que, sin grandes luces previas, había construido paso a paso una actuación destacada en el torneo. Con un tenis dinámico y sin complejos, buscarían dar la sorpresa y arruinar la fiesta británica en territorio hostil.
El enfrentamiento tenía un condimento especial ya que era la primera vez que ambas parejas se medían oficialmente en el circuito, lo que agregaba una cuota de incertidumbre estratégica al duelo. Sin historial previo, todo debía resolverse desde la cancha, con inteligencia, adaptación y fortaleza mental.
La superficie también jugaba su papel ya que la hierba de Wimbledon premia a quienes dominan el saque, se mueven con agilidad y aprovechan cada oportunidad en la red. En ese terreno, Cash y Glasspool partían con ventaja, no solo por su familiaridad con las condiciones, sino también por la presión que sabían trasladar al oponente desde el primer juego.
Datos previos al partido:
🏟 Torneo: Wimbledon final de dobles masculina
🔢 Julian Cash / Lloyd Glasspool vs. Rinky Hijikata / David Pel
🟩 Superficie: Hierba
📊 Head to head: No hay enfrentamientos anteriores entre las parejas.
Primer set:
Desde el arranque, Julian Cash y Lloyd Glasspool dejaron claro que no estaban dispuestos a dejar pasar la oportunidad de triunfar en casa. Con una energía desbordante y una actitud agresiva, rompieron el saque de sus rivales en el primer juego del partido, algo que no solo les dio ventaja en el marcador, sino también en lo anímico. Esa rotura temprana descolocó a Hijikata y Pel, quienes no lograron encontrar respuestas ante el empuje británico.
El dúo local mostró una sincronización admirable en sus desplazamientos, cubriendo perfectamente la red y conectando primeros servicios que casi no ofrecían margen de reacción. La presión constante fue generando errores en la pareja rival, que nunca pudo establecerse con firmeza en sus turnos de saque.
Cuando el público aún se acomodaba en las gradas, llegó un segundo break en el quinto juego que dejó la balanza claramente inclinada a favor de los anfitriones. Sin permitir oportunidades de recuperación, Cash y Glasspool cerraron el set por un claro 6-2, consolidando su dominio con autoridad y precisión.
Segundo set:
La segunda manga ofreció un guión muy distinto. Hijikata y Pel, lejos de resignarse, salieron con mayor determinación y ajustaron su juego. Empezaron a evitar errores no forzados y encontraron mayor regularidad desde el fondo de la pista El duelo se volvió más igualado, con intercambios más largos y turnos de saque sólidos por ambos lados.
Sin embargo, en un momento clave, la presión volvió a hacer efecto. En el quinto juego, tras un par de restos agresivos y un error en la red de la pareja visitante, los británicos lograron romper el servicio y adelantarse 3-2. Aprovechando la inercia, mantuvieron su saque y se colocaron 4-2, lo que parecía encaminarlos nuevamente hacia una victoria sin perder ningún set.
Pero el encuentro todavía iba a tener más emociones guardadas y es que cuando todo apuntaba a una victoria tranquila para los locales, Hijikata y Pel sacaron fuerzas de flaqueza en el tramo final, recuperaron el break en el octavo juego y llevaron el set hasta el límite. En ese punto, con el público expectante, el tiebreak se convirtió en un microcosmos del partido con momentos de tensión, ráfagas de gran tenis y el empuje local marcando la diferencia.
Cash y Glasspool jugaron el Tiebreak con inteligencia y decisión, adelantándose pronto en el marcador y no soltando la ventaja. Un par de voleas precisas y errores de sus oponentes les dieron la ventaja necesaria para cerrar el partido con un 7-3 en el marcador desatando la celebración en las tribunas.
Trayectoria:
- Final a Hijikata / Pel: 6-2, 7-6 (3)
- Semifinal a Granollers / Zeballos: 6-3, 6-4
- Cuartos a Heliovaara / Patten: 6-4, 4-6, 7-6 (8)
- Octavos a Andreozzi / Demoliner: 6-3, 6-4
- 2ª Ronda a Jebens / Olivetti: 6-3, 6-4
- 1ª Ronda a Kirkov / Stevens: 7-6 (6), 6-4
© Mundotenisbyluis

Campeonas de Wimbledon dobles femenino 2025: Elise Mertens y Veronika Kudermetova
13 de julio del 2025
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Final femenina de dobles en Wimbledon: dos generaciones, dos estilos, un solo objetivo
La edición 2025 de Wimbledon llegaba a su recta final con una promesa de espectáculo en la cancha central con la gran final de dobles femenino que enfrentaba a dos parejas que encarnan estilos y trayectorias muy distintas, pero igualmente exitosas.
Por un lado, la dupla formada por Veronika Kudermetova y Elise Mertens aparecía como una combinación poderosa entre el golpeo firme de la rusa y la inteligencia estratégica de la belga. Aunque no llegaban como las principales favoritas, su recorrido hasta la final fue un ejemplo de progresión y adaptación. Supieron ajustar su juego ante rivales de gran nivel y crecieron en confianza a medida que avanzaban en el torneo.
Para Kudermetova, el partido representaba una oportunidad única de conquistar su primer título de Grand Slam en dobles, un objetivo que se le había escapado en años anteriores pese a sus buenos resultados. Hasta la final de Wimbledon 2025, la rusa había sumado 7 títulos WTA en la modalidad de dobles, destacándose en torneos como Dubai, Indian Wells y Madrid, pero todavía no había podido triunfar en una de las grandes citas del tenis.
En cambio, para Mertens, el desafío era distinto y quería volver a reinar en la hierba londinense. La belga ya sabía lo que era ganar Wimbledon (lo hizo en 2021 junto a Su-wei Hsieh) y además sumaba en su carrera otros dos títulos de Grand Slam en dobles: el US Open 2019 y el Abierto de Australia 2021. En total, Mertens había levantado 17 títulos WTA en dobles antes de esta final, consolidándose como una de las especialistas más exitosas y consistentes del circuito en los últimos años.
Del otro lado de la red, Su-wei Hsieh y Jelena Ostapenko representaban la experiencia consagrada y el talento indomable. Hsieh, una de las grandes arquitectas del dobles moderno, aportaba su habitual clase, creatividad y lectura impecable de los espacios. Junto a ella, Ostapenko, con su explosividad y actitud competitiva, buscaba coronar una semana perfecta en la Catedral del tenis y, además, soñar con el número uno del mundo.
El partido prometía contrastes atractivos con el juego de ángulos y toque de Hsieh frente al ritmo agresivo de Kudermetova, junto a la solidez táctica de Mertens frente a la imprevisibilidad ofensiva de Ostapenko. Dos generaciones de jugadoras y dos maneras de entender el dobles femenino chocaban con un trofeo de Grand Slam en juego.
Aunque Hsieh partía con el aura de veterana ilustre y Ostapenko con la motivación adicional del ranking, la sensación en la previa era que el duelo se decidiría más por la química en los momentos de presión que por la experiencia previa. En Wimbledon, donde la hierba premia tanto la rapidez como la precisión, los pequeños detalles pueden inclinar la balanza. Y ambas parejas habían demostrado tener recursos para adaptarse, resistir y contraatacar.
Datos previos al partido:
🏟 Torneo: Wimbledon final de dobles femenina
🔢 Elise Mertens / Veronika Kudermetova vs. Su-wei Hsieh / Jelena Ostapenko
🟩 Superficie: Hierba
📊 Head to head: Mertens / Kudermetova 1 – Hsieh / Ostapenko 0
Primer set:
La final comenzó con un dominio claro por parte de la pareja conformada por Su-wei Hsieh y Jelena Ostapenko, quienes salieron decididas a imponer su estilo desde el primer intercambio. Con Ostapenko castigando con devoluciones profundas y Hsieh manejando los ángulos con su habitual creatividad, lograron un break temprano que marcó la diferencia en el desarrollo del set.
Por momentos, Kudermetova y Mertens se mostraron algo desajustadas en la red, y su comunicación no fue del todo fluida en los primeros juegos. Hsieh, con su lectura inteligente del juego, aprovechó cada hueco para poner presión, mientras que Ostapenko se encargó de cerrar varios puntos clave con su potencia.
Aunque las europeas intentaron reaccionar hacia el final del set, las asiáticas mantuvieron su ventaja sin titubeos y se llevaron el primer set por 6-3, mostrando una combinación sólida de agresividad y experiencia.
Segundo set:
El inicio del segundo set mostró una cara completamente distinta del encuentro. Kudermetova y Mertens volvieron a la cancha con una actitud renovada y, sobre todo, con un plan más claro para limitar la participación ofensiva de Ostapenko y descolocar a Hsieh con globos altos y cambios de ritmo.
El cambio táctico dio frutos rápidamente. La rusa, más precisa desde el fondo, comenzó a conectar golpes ganadores, mientras Mertens tomó mayor protagonismo en la red, anticipando y cerrando los puntos con autoridad. Lograron romper en el segundo juego y consolidaron la ventaja con un servicio mucho más eficiente que en el set inicial.
Del lado contrario, Hsieh y Ostapenko empezaron a mostrar signos de desorden. Algunas decisiones apresuradas y un leve bajón en la coordinación provocaron errores no forzados que hasta entonces no se habían visto. El resultado fue contundente, con un 6-2 para Kudermetova y Mertens, que igualaban la final y enviaban el partido a un tercer y decisivo set.
Tercer set:
El set definitivo fue un resumen perfecto de lo que había sido el partido, tuvo momentos de gran tenis, tensión constante y alternancia en el marcador. Hsieh y Ostapenko volvieron a tomar la iniciativa, logrando un break que las puso 4-2 arriba y muy cerca del título. El escenario parecía inclinarse hacia su lado.
Pero entonces ocurrió algo que solo las grandes campeonas pueden lograr. Kudermetova y Mertens no bajaron los brazos y en lugar de entrar en pánico, ajustaron la presión desde el fondo de pista, ganaron un largo juego al resto con varios deuces y, desde allí, construyeron una remontada brillante.
Kudermetova estuvo especialmente inspirada en los últimos juegos, combinando potencia y control en sus golpes. Mertens, por su parte, se mostró implacable en la red y asumió un rol de liderazgo emocional que sostuvo al equipo en los momentos críticos.
Con cuatro juegos consecutivos, y tras salvar un par de situaciones delicadas en el 4-4, la dupla europea selló la victoria con un break definitivo y un último juego impecable al saque. El 6-4 final les otorgaba no sólo el título de Wimbledon, sino un lugar especial en la memoria reciente del dobles femenino.
Trayectoria:
- Final a Hsieh / Ostapenko: 3-6, 6-2, 6-4
- Semifinal a Gadecki / Krawczyk: 3-6, 6-0, 6-3
- Cuartos a Dabrowski / Routliffe: 7-5, 7-6 (4)
- Octavos a Haddad Maia / Siegemund: W.O.
- 2ª Ronda a Bouzkova / Danilina: 6-2, 6-4
- 1ª Ronda a Klugman / Stojsavljevic: 6-2, 6-2
© Mundotenisbyluis

Campeón del Wimbledon Junior 2025: Ivan Ivanov
13 de julio del 2025
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Una final con sabor a promesa: Ivanov y Karki frente a frente por la gloria juvenil en Wimbledon
El torneo juvenil de Wimbledon 2025 se acerca a su momento culminante con una final masculina que ofrece un choque de perfiles distintos, pero igualmente interesantes: el búlgaro Ivan Ivanov, gran favorito desde el inicio, se medirá con el estadounidense Ronit Karki, revelación absoluta del torneo. Dos caminos distintos que tienen un mismo objetivo, el levantar el trofeo en la hierba sagrada del All England Club.
Ivanov: la constancia de un proyecto en ascenso
Desde el inicio del torneo, Ivanov ha mostrado un nivel altísimo y una gran madurez durante el torneo. Su marcha por el cuadro fue prácticamente impecable ya que no cedió sets y demostró una capacidad admirable para adaptarse a cada situación de partido. Con un estilo que combina potencia desde el fondo de pista y una lectura inteligente del juego, el joven búlgaro representa el fruto de un trabajo sostenido y planificado. Su objetivo no es solo triunfar hoy, sino continuar su proyección hacia el profesionalismo.
También hay que destacar que es un jugador formado por la Rafa Nadal Academy.
Además, hay un factor simbólico que le aporta un peso especial a esta final. Ivanov busca convertirse en el segundo búlgaro en ganar Wimbledon en la categoría Juniors, siguiendo los pasos de Grigor Dimitrov, ídolo y referencia obligada en su país. La historia podría repetirse, pero esta vez con otro protagonista.

Karki ha demostrado tener serenidad para los momentos difíciles, sacando adelante partidos muy disputados y sabiendo aprovechar cada momento. Su presencia en esta final no es casualidad, se la ha ganado con argumentos sólidos. Si bien no parte como favorito, su recorrido en el torneo, es prueba de que en el tenis juvenil nada está escrito.
Claves del partido
- El servicio de Ivanov y que hasta ahora ha sido una de sus armas más efectivas, especialmente en hierba. Si logra mantener su alto porcentaje de primeros saques y buenos porcentajes en puntos ganados con el saque, llevará la iniciativa del partido.
- El desparpajo de Karki que ya ha demostrado que no le teme a los grandes escenarios, ni a rivales con mayor currículum.. Si consigue alargar los intercambios y desgastar a Ivanov mentalmente, podría tener su oportunidad.
- La experiencia en partidos decisivos ya que Ivanov llega con más rodaje en torneos de alto nivel y eso podría pesar. Por ejemplo este año también jugó la final de Roland Garros. Pero la frescura con la que juega Karki puede ser su mayor virtud.
Primer set:
Desde los primeros peloteos, quedó claro que Ivan Ivanov iba a por el partido. Con una actitud decidida y un tenis agresivo, tomó rápidamente el control del juego. El búlgaro mostró una notable efectividad con el servicio, que le permitió marcar el ritmo de los intercambios desde el comienzo. Sus primeros golpes, especialmente la derecha paralela, fueron clave para abrir la cancha y empujar a Karki para golpear en posiciones incómodas.
El estadounidense, algo nervioso por el escenario, cometió varios errores no forzados en los primeros juegos. Aunque intentó mantener su saque con variedad y cambios de altura, no logró frenar el empuje del bulgaro. Ivanov rompió el servicio de su rival en el tercer juego y repitió la fórmula más adelante, consolidando un parcial donde dominó de principio a fin. En apenas media hora, el marcador reflejaba un claro 6-2 a favor del sexto cabeza de serie.
Segundo set:
El segundo set trajo consigo una dinámica algo más pareja, con Karki soltándose más en sus golpes y encontrando cierta estabilidad en los intercambios largos. El joven norteamericano comenzó a responder mejor desde el resto y logró mantener sus primeros turnos de saque, generando la sensación de que podía meterse en partido. Su movilidad mejoró notablemente y, por momentos, logró llevar el juego al terreno físico.
Sin embargo, Ivanov volvió a dar el golpe justo en el momento clave con un extenso cuarto juego con varios deuces, terminó en un nuevo break para el búlgaro, que volvió a encontrar ángulos profundos y forzó los errores de su oponente. Esa ruptura fue suficiente para marcar la diferencia. A partir de allí, el campeón juvenil gestionó la ventaja con la tranquilidad de quien ha ganado confianza en sí mismo. No dio margen a la reacción y mostró una notable consistencia desde el fondo de la pista.
El final llegó con un último juego muy sólido al servicio, acabando con un ace que puso fin al encuentro. Con un 6-3 definitivo, Ivanov se tumbó sobre el césped como símbolo de alivio y satisfacción. Wimbledon tenía nuevo campeón juvenil masculino, y Bulgaria una nueva esperanza.
Trayectoria:
- Final a Karki: 6-2, 6-3
- Semifinal a Schoenhaus: 7-6 (7), 7-6 (5)
- Cuartos a Sesko: 6-3, 7-6 (4)
- Octavos a Secord: 6-3, 6-2
- 2ª Ronda a Pleshvtsev: 7-6 (6), 6-2
- 1ª Ronda a Satterfield: 6-1, 6-2
Ivanov gana el torneo sin ceder ni un sólo set en ninguno de los partidos disputados, cosa muy difícil.
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Campeona junior de Wimbledon 2025: Mia Pohankova
12 de julio del 2025
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Una final inesperada pero vibrante: Pohankova y Pareja frente a frente en Wimbledon Junior
El torneo junior femenino de Wimbledon 2025 llegó a su capítulo final con un enfrentamiento tan prometedor como inesperado. La estadounidense Julieta Pareja, sexta cabeza de serie y con experiencia reciente en rondas decisivas, se medía ante la eslovaca Mia Pohankova, una joven sin siembra que había llamado la atención de todos por su sorprendente desempeño durante la semana.
Ambas tenistas comparten edad, 16 años, pero llegaban a la final desde caminos muy distintos. Por un lado, Pareja, nacida en Estados Unidos y de raíces colombianas, ya había dejado huella en Roland Garros al alcanzar los cuartos de final, lo que la consolidaba como una de las figuras más consistentes del circuito juvenil. Su estilo de juego, basado en la solidez desde el fondo y una gran lectura táctica, la posicionaba como favorita en el papel.
Del otro lado de la red, Pohankova había irrumpido en el torneo como una auténtica revelación. Con un tenis agresivo y sin complejos, logró dejar en el camino a nombres importantes, incluyendo a la local Mika Stojsavljevic y a la principal cabeza de serie, Emerson Jones. Su crecimiento partido a partido, junto a una notable madurez competitiva, la impulsó hasta su primera final de Grand Slam en categoría junior.
Datos previos al partido:
🏟 Torneo: Wimbledon Junior
🔢 Mía Pohankova (n⁰465) vs. Julieta Pareja (n⁰340)
🟩 Superficie: Hierba
📊 Head to head: Pohannova 0 – Pareja 0
Primer set:
El arranque del encuentro trajo consigo una pequeña sorpresa. Julieta Pareja, bien plantada en la cancha y mostrando firmeza con su servicio y consistencia desde el fondo, logró tomar la delantera con un break tempranero que le permitió colocarse 2-1. La estadounidense parecía marcar el ritmo en esos primeros juegos, obligando a su rival a responder desde posiciones incómodas.
Sin embargo, Mia Pohankova no tardó en reaccionar. Lejos de dejarse intimidar, la eslovaca ajustó su patrón de juego, subió la intensidad de sus tiros y empezó a incomodar con sus cambios de dirección y agresividad controlada. Poco a poco, fue equilibrando el marcador y tomando la iniciativa en los intercambios largos.
Pohankova encadenó varios juegos consecutivos, impulsada por una combinación letal de devoluciones profundas y un servicio más regular. Lo que parecía una pequeña ventaja para Pareja terminó convirtiéndose en una racha demoledora de cinco juegos al hilo para la eslovaca, que pasó del 1-3 al 6-3 sin mirar atrás. Con autoridad y sin titubeos, Mia cerró el primer parcial dejando la sensación de haber tomado el control total del encuentro.
Segundo set:
Pohankova inició el segundo set como una jugadora decidida a no dar margen a una posible remontada. Desde el primer punto, su lenguaje corporal hablaba de confianza total. Su derecha ganadora comenzó a dictar los intercambios, mientras que su revés (firme y bien colocado) le permitía abrir ángulos y mover a su rival con precisión quirúrgica.
Julieta Pareja intentó frenar la hemorragia y mantenerse en el partido, pero las respuestas no daban su fruto. Pohankova no solo mantenía el nivel, sino que lo elevaba. Con un juego veloz, profundo y sin errores no forzados, la eslovaca se adelantó rápidamente 3-0, aumentando su racha de juegos ganados a ocho consecutivos.
Aunque Pareja logró sumar un juego para evitar el rosco y dar señales de vida, la diferencia ya era demasiado grande. Pohankova, sin ceder un centímetro en su intensidad ni en su claridad táctica, cerró el set por un convincente 6-1. Lo hizo sin necesidad de exhibiciones espectaculares, sino con un tenis sobrio, maduro y completamente efectivo.
Trayectoria:
- Final a Pareja: 6-3, 6-1
- Semifinal a Valdmannova: 6-4, 6-0
- Cuartos a Jones: 6-2, 6-2
- Octavos a Leme da Silva: 6-3, 5-7, 6-3
- 2ª Ronda a Efremova: 6-3, 7-6 (5)
- 1ª Ronda a Stojsavljevic: 7-6 (4), 6-1
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La mayor Wild Card de la historia: Goran Ivanisevic en Wimbledon 2001
02 de julio del 2001
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Goran Ivanišević: El milagro de Wimbledon 2001
En la historia del tenis, hay títulos que se escriben con tinta dorada por su relevancia deportiva. Pero luego están las gestas, las epopeyas humanas que trascienden el deporte y tocan el alma de quienes las presencian. El título de Wimbledon que Goran Ivanišević conquistó en 2001 entra de lleno en esa categoría. No fue simplemente una victoria, fue un acto de fe, perseverancia y redención que convirtió al croata en leyenda.
El campeón que no debía estar allí
Ivanišević llegó al All England Club ese año sin ranking suficiente para entrar directamente al cuadro principal. El hombro, que tantas veces lo había traicionado, lo había relegado fuera del top 100. Pero el prestigio, el historial —finalista en 1992, 1994 y 1998— y la conexión emocional con Wimbledon le valieron una invitación especial: una wild card, esa rara oportunidad que el torneo concede sólo en casos excepcionales. Y vaya si este lo era.
“Venía sin expectativas. Solo quería disfrutar una última vez de este lugar mágico”, declaró Goran semanas después. “Mi hombro no aguantaba más, pensaba que sería mi último Wimbledon. Pero algo cambió cuando empecé a ganar”.
Camino hacia el sueño
El croata fue derrotando rivales uno a uno, como si cada servicio potente suyo fuera empujado por una fuerza mayor. Su juego, adaptado a la hierba como pocos en la historia, revivió. El saque zurdo volvía a hacer estragos. Y también su carácter impredecible, esa mezcla de genialidad y caos que mantenía a los rivales (y al público) en vilo.
En semifinales, protagonizó una batalla épica ante el británico Tim Henman, en un partido interrumpido varias veces por la lluvia, que se extendió durante tres días. Ivanišević terminó ganando en cinco sets, provocando un silencio dolido en la central londinense… pero también un aplauso rendido al mérito.

La final, jugada el lunes 9 de julio, fue tan atípica como su protagonista. Por primera vez en la historia, una final masculina de Wimbledon se disputaba en lunes (un “People’s Monday”, como lo bautizó la prensa) y la Central Court se llenó de un público mucho más diverso y ruidoso que el habitual, rompiendo con la etiqueta tradicional del torneo.
El desenlace inolvidable
Al otro lado de la red estaba el australiano Patrick Rafter, uno de los jugadores más queridos y también un consumado especialista en césped. La final fue un thriller emocional que se alargó cinco sets: 6-3, 3-6, 6-3, 2-6 y 9-7.
En el set decisivo, los nervios estaban al límite. Ivanišević tuvo que sacar para partido con 8-7 a favor. Lo que ocurrió entonces fue una montaña rusa emocional en miniatura y es que cometió tres dobles faltas en ese juego. “Mi brazo temblaba, mis piernas no respondían. No podía pensar”, confesó luego. “La bola parecía una pelota de playa de lo lenta que la veía… y aún así, me costaba acertarle”.
Y entonces llegó el momento.
El croata sacó abierto al revés de Rafter, el australiano devolvió con slice y Goran se adelantó con decisión. Con un revés algo incómodo, colocó la bola cerca de la línea de fondo. Rafter llegó, intentó un passing cruzado que se fue apenas largo.
Game, set and match, Ivanišević.
Goran se dejó caer sobre la hierba. La Central Court explotó. Nadie podía creer lo que acababan de ver.

El hombre que conmovió a Wimbledon
“No sé si esto es un sueño, o si estoy muerto y esto es el cielo”, balbuceó Ivanišević ante los micrófonos. Entre lágrimas, buscó a su equipo, a su padre en la grada, y alzó los brazos como un niño al que le han devuelto su juguete más preciado.
La victoria fue el primer y único Grand Slam de su carrera, el broche perfecto para un jugador tan talentoso como inestable. Pero también significó algo más, la coronación del desvalido, la historia del hombre que no debía ganar, pero lo hizo.
Ivanišević no solo ganó Wimbledon como Wildcard. Lo hizo después de cuatro operaciones en el hombro, con ranking 125 del mundo, y tras haber sido descartado por todos. Fue el primer (y hasta hoy único) jugador masculino en lograr el título en la hierba sagrada con una invitación especial. La hazaña fue tan impresionante que aún se recuerda como una de las más emotivas del deporte moderno.
“Me prometí que si lo ganaba, me retiraría al día siguiente”, dijo entre risas en su discurso final. “Pero ahora… no estoy tan seguro”.
Veinticuatro años después, aquel lunes sigue brillando como un faro en la memoria colectiva del tenis. Goran Ivanišević no sólo levantó un trofeo sino evantó los corazones de millones que entendieron, ese día, que los milagros en el deporte sí existen. Solo hay que creer.
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Wimbledon: Historia, Superficie, Anécdotas y Leyendas del tercer Grand Slam del Año
27 de junio del 2025
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Wimbledon: El templo sagrado del tenis
🏆 Una historia que comenzó en 1877
Wimbledon no es solo un torneo de tenis. Es una institución, una ceremonia, una tradición viva. Desde su primera edición en 1877, cuando el All England Lawn Tennis and Croquet Club organizó el evento con solo 22 jugadores masculinos compitiendo frente a 200 espectadores, este torneo ha evolucionado hasta convertirse en el epicentro del tenis mundial.
Aquel primer ganador fue Spencer Gore, y el premio fue una copa valorada en 25 guineas. Poco podían imaginar los organizadores que estaban plantando la semilla del torneo más prestigioso del deporte blanco.
🌱 La hierba como seña de identidad
Wimbledon es el único Grand Slam que se juega sobre césped natural, lo que marca profundamente su identidad.
Esta superficie, que requiere un mantenimiento extremadamente delicado, hace que la pelota se desplace más rápido y con un bote más bajo que en arcilla o en pista dura.

Este detalle favorece históricamente a los sacadores y voleadores, razón por la cual figuras como Pete Sampras, Martina Navratilova o Boris Becker han brillado especialmente aquí. El césped exige reflejos rápidos, decisiones fulminantes y un dominio absoluto del juego de ataque.
🎩 Normas únicas que refuerzan su mística
Wimbledon es también el torneo más tradicional en cuanto a sus normas. Algunas de sus reglas singulares incluyen:
- Código de vestimenta blanco: los jugadores deben vestir predominantemente de blanco, sin excepción. Esto incluye la ropa interior (esto ya ha cambiado). Esta norma, según los organizadores, mantiene la elegancia y la pureza del torneo.

- No publicidad excesiva: el All England Club controla estrictamente la exposición comercial, limitando los logotipos en la vestimenta de los jugadores.
- «Middle Sunday» (hasta 2021): durante décadas, el torneo no se jugaba el primer domingo del torneo, dando un día de descanso. Esta tradición se eliminó recientemente para acomodar mejor el calendario.
- Aplauso contenido y reverencia: cuando un miembro de la realeza está presente en el palco real, los jugadores deben hacer una ligera reverencia. Aunque hoy no es obligatoria, se mantiene como gesto de respeto.
- Criterios propios para los cabezas de serie: a diferencia de otros torneos del circuito, Wimbledon no siempre otorga los cabezas de serie en base al ranking mundial ATP o WTA, sino que aplica una fórmula interna, especialmente en el cuadro masculino, que toma ha generado debate y controversia, aunque para muchos añade un matiz justo a la realidad del césped.
🐦 Curiosidades y anécdotas que hacen historia
- En 1985, un joven alemán de 17 años, Boris Becker, se convirtió en el primer no cabeza de serie en ganar Wimbledon y el más joven campeón en la historia del torneo masculino.

- En 2013, Andy Murray rompió una sequía de 77 años sin campeones británicos al imponerse en la final masculina ante Novak Djokovic, desatando una ola de patriotismo en el Reino Unido.

- En 2010, el partido entre John Isner y Nicolas Mahut duró 11 horas y 5 minutos, repartidas en tres días. El marcador del último set fue 70-68. La organización, que no esperaba algo así, tuvo que cambiar reglas después del suceso.

- El «Hawk-Eye», el famoso sistema de revisión electrónica, debutó en Wimbledon en 2006 y desde entonces ha sido clave para la justicia en el deporte.
👑 Leyendas que escribieron la eternidad en Londres
- Roger Federer: El suizo es sinónimo de Wimbledon. Ganador en ocho ocasiones, su elegancia sobre la hierba londinense ha sido reverenciada por fanáticos y expertos. “Wimbledon es mi jardín”, llegó a decir en 2017 tras conquistar su octavo título.

- Serena Williams: Dueña de siete coronas individuales y otras tantas en dobles, su poderío y carisma la convirtieron en reina de la pista central.

- Martina Navratilova: La indiscutible emperatriz de Wimbledon, con nueve títulos individuales, sigue siendo la más laureada en la historia del torneo.

- Pete Sampras: Con su característico saque demoledor y actitud imperturbable, ganó siete veces el torneo en los años 90. “No hay otro lugar como este. Ganar aquí lo significa todo”, declaró tras su última victoria.

🔟 Los 10 partidos más legendarios de Wimbledon
🔹 Masculinos:
- Federer vs. Nadal (Final 2008)
Considerado por muchos como el mejor partido de la historia del tenis. Nadal ganó 6-4, 6-4, 6-7, 6-7, 9-7 tras casi 5 horas y dos interrupciones por lluvia. Federer venía de cinco títulos seguidos. Nadal lo destronó en la oscuridad.
- Isner vs. Mahut (Primera ronda 2010)
El partido más largo de todos los tiempos: 11 horas y 5 minutos en tres días. Terminó 6-4, 3-6, 6-7, 7-6, 70-68.
- Djokovic vs. Federer (Final 2019)
Primera final decidida por tie-break a 12-12 en el quinto set. Djokovic se impuso tras salvar dos puntos de campeonato. Fue la final más larga en la historia del torneo.
- Borg vs. McEnroe (Final 1980)
Un choque de estilos y personalidades. El tie-break del cuarto set (18-16 para McEnroe) es historia pura. Borg terminó ganando 8-6 en el quinto.
- Sampras vs. Agassi (Final 1999)
Sampras ofreció una cátedra ante su gran rival estadounidense. Ganó 6-3, 6-4, 7-5 en una de las exhibiciones más dominantes.
- Becker vs. Edberg (Final 1989)
Una trilogía que marcó época. Este tercer enfrentamiento terminó con victoria de Becker en cuatro sets.
- Nadal vs. Djokovic (Semifinal 2018)
Se jugó en dos días y terminó 10-8 en el quinto para Novak. Duelo táctico y mental de altísimo nivel.
- Ivanisevic vs. Rafter (Final 2001)
Goran ganó como invitado especial (wildcard) tras tres finales perdidas. Emotivo, épico, romántico.
- Murray vs. Djokovic (Final 2013)
El día que se acabó la sequía británica. Murray venció 6-4, 7-5, 6-4. El país entero celebró como nunca.
- Lendl vs. Cash (Final 1987)
El australiano Pat Cash venció a Lendl y subió a la grada para abrazar a su familia, iniciando una tradición.
🔹 Femeninos:
- Venus vs. Serena Williams (Final 2008)
Duelo histórico entre hermanas, con Venus ganando en dos sets. Ambas dominaron la era moderna del torneo.
- Martina Navratilova vs. Chris Evert (Final 1978)
Comenzaba una rivalidad que definiría el tenis femenino por una década. Martina se impuso con autoridad.
- Graf vs. Navratilova (Final 1988)
Steffi se consagró como la nueva reina al derrotar a una leyenda en plena transición de generaciones.
- Sharapova vs. Serena (Final 2004)
Con solo 17 años, Maria Sharapova sorprendió al mundo derrotando a la poderosa Serena Williams.
- Halep vs. Serena (Final 2019)
La rumana Halep dio una clase de tenis táctico para vencer en apenas 56 minutos. Un recital inesperado.
- Gauff vs. Venus (Primera ronda 2019)
La joven Cori Gauff, de 15 años, venció a su ídola y cinco veces campeona Venus Williams. Una historia circular y emocionante.
- Billie Jean King vs. Evonne Goolagong (Final 1975)
Dos íconos del deporte, en una batalla que reflejó la evolución del tenis femenino.
- Hingis vs. Graf (Final 1999)
Una final con mucho drama donde Graf impuso experiencia ante la joven suiza. Su última corona en Wimbledon.
- Muguruza vs. Venus (Final 2017)
La española Garbiñe Muguruza conquistó su primer título en la Catedral, venciendo con brillantez.
- Seles vs. Navratilova (Semifinal 1992)
Duelo generacional que marcó el fin de una era. Martina se despidió de las finales, mientras Seles emergía como nueva figura.
🎾 Wimbledon: mucho más que tenis
Wimbledon no es solo un torneo. Es una liturgia. Es césped recién cortado, fresas con crema, reverencias al palco real, lluvia y drama. Es el silencio respetuoso antes del saque y el rugido contenido después del punto. Es el lugar donde el tenis se convierte en arte.
«Ganar aquí no es sólo levantar un trofeo. Es entrar en la eternidad», dijo alguna vez Roger Federer. Y tenía razón.
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